En cuestión de días
Llegaré a eso de las 2:00 am desesperada por tomarme un trago. El bartender preguntará que si un gin tonic, le responderé yo qué sé. De todos modos, terminaré tomándomelo con la cara arrugada. Él sonreirá creyendo que conseguirá mi número o siquiera saber mi nombre.
Buscaré a mis amigas y, por pura coincidencia, me fijaré en ti. Cruzaremos miradas, me esquivarás y volveremos a coincidir otra vez. Bailaré contigo, diré que por culpa de la multitud pero más por ganas que por culpa.
Me dirás que no fumas. Fingiré que yo tampoco. Te besaré y terminaremos en los asientos de atrás de tu carro. Te querrás ir. Nos querremos ir. Prenderé la radio porque soy experta en huir de los silencios incómodos. Me agarrarás la mano y experimentaré la misma sensación de cuando niña: cosquillas en la panza.
Nos reiremos, tú me harás reír más que yo a ti; me dirás lo mucho que te gustan mis ojos y no querré dejar de verte hasta que se me ocurra qué decir.
Me preguntaré qué estoy haciendo pero no pararé. Seguiré besándote hasta acostarnos en la cama de tu hermano. Tendremos sexo, quisiera decir que haremos el amor pero no, será sexo. Brutal. Prometerás llamarme al día siguiente. No te creeré. Pero lo harás.
Nos enamoraremos en cuestión de días. No sabrás deshacerte de mí porque me amarás con todas tus fuerzas. Será química a primera vista.
Pero antes que todo esto ocurra, tendré que hacer una cosa. Saber tu nombre.